
Para elegir tu cepillo apropiado debes tener en cuenta que:
Debe ser de un tamaño adecuado a tu boca y con un cabezal pequeño, para poder llegar a todas las zonas de tu boca.
Debe tener filamentos suaves y de punta redondeada para que no dañen tus dientes, pero con la dureza adecuada que ayude a eliminar la placa bacteriana y los restos de alimentos que recubren la superficie de tus dientes.
Si tienes los dientes y/o las encías sensibles, utiliza filamentos extra suaves para minimizar todavía más el posible daño.Debe tener un mango ergonómico para que el proceso de limpieza sea más cómodo.
Además, es recomendable que este diseñado no sólo para limpiar los dientes, sino también la lengua y las encías.
Recuerda que el cepillo de dientes realiza „gimnasia“ diariamente; para mantenerlo en forma, renuévalo cada 2 o 3 meses y siempre después de un resfriado o una gripe.
Además, tu cepillo es „personal e intransferible“: no lo compartas con nadie.
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